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1 de enero de 2012

¿Cuántas personas mueren por día en el mundo?.

La vida después de la muerte--->
<---Diciembre mes de la Navidad.


La vida y como punto final la muerte, es un hecho natural del cual nadie escapa, muchas personas mueren por día en el mundo éso es cierto, pero también es cierto que muchas nacen, y son más las que nacen que las que mueren.

Algún día todos vamos a morir, tú amigo lector que estas leyendo, yo que estoy escribiendo, tu vecino, tu amigo, todos sabemos que vamos a morir.
Nadie está todo el día pensando que va morir, salvo aquella persona que presenta algún transtorno psicológico.
Desde el mismo instante en que nacemos, ya tenemos marcado el día de nuestra muerte.

T Tenemos la plena libertad de dejar que Dios cumpla su plan en nosotros, o podemos según ésta misma libertad acortar nuestra vida como nosotros querramos.
Dios nos ama intesamente, profundamente, y ha querido que su máxima creación de éste mundo, el ser humano, tenga ése don de poder elegir.

Pocas personas llegan a aceptar la muerte como un proceso natural y normal en toda su vida, pero aquéllas que lo consiguen, probablemente tengan una vida más feliz, al aceptar un hecho tan natural, como comer, respirar, o dormir.

La muerte es un escalón desconocido en nuestra existencia y sólo aquéllos que hayan pasado por una experiencia al borde de morir poseen conocimiento para saber que el sentimiento que acompaña a la muerte es confortable.
Las experiencias vividas por estas personas que, en algún momento, estuvieron cerca de perecer coinciden en una sensación agradable.

El miedo a la muerte inhibe nuestra vida porque muchos actos no los realizamos pensando en el peligro que comportan.
Nos volvemos débiles, catastróficos porque no entendemos con qué medida se toma la gran decisión de despojarnos de nuestra vida, creyendo a menudo que no es justo, nos aferramos a ésta vida como sí ésto es lo definitivo.

Nos pasamos media vida invocando el perdón de un Dios o resolviendo antigüas culpas para así disponer de la concesión de más tiempo.
Pero, ¿cuánto tiempo más tendremos para resolver nuestra espiritual, y dejar nuestro cuerpo en este mundo, e ir para donde hemos sido creados?

Nuestro cuerpo viejo y agotado siga viviendo esta realidad, y muchas veces no le hacemos caso, a los llamados de nuestra conciencia, a cambiar de vida, a dejar malos hábitos, a comenzar una nueva vida; más espiritual, más entrega hacia nuestro prójimo, y menos preocupación de nuestras necesidades.

Todos creemos que los viejos mueren antes que los jóvenes, hay cómo una ley natural que nos la dicta. Los padres están preparados para aceptar y enterrar a sus propios padres, pero no lo están para aceptar la muerte de sus hijos.
La muerte de un hijo es el más terrible de los dolores, la más angustiante de las pérdidas, que un ser humano debe enfrentar.

Nuestro principal problema es que todavía no hemos asimilado la idea de que tan sólo es nuestro caparazón el que muere, es decir el cuerpo, o forma la cual adquirimos al presentarnos a los demás mortales.

Nosotros somos una mente consciente habitando un cuerpo y por ello hemos de entender que aunque el cuerpo se extinga con el proceso de la muerte, la mente que lo habitaba sigue su camino en la eternidad del universo, y anhela fervientemente unirse a su creador, a Dios PadreTodopoderoso.

¿QUÉ ES LA MUERTE?

La muerte es, en esencia, un proceso terminal que consiste en la extinción del proceso homeostático de un ser vivo y, por ende, concluye con el fin de la vida.

La muerte como evento.

La muerte es por ende el fin de la vida biológica, es todo lo opuesto al nacimiento. El evento de la muerte es la culminación de la vida orgánica de todo ser vivo. Sinónimos de muerto son occiso (muerto violentamente) y difunto.

Se suele decir que una de las características clave de la muerte es que es definitiva, y en efecto, los científicos no han sido capaces hasta ahora de presenciar la recomposición del proceso homeostático desde un punto termodinámicamente recuperable.

Adicionalmente no se ha definido científicamente en qué parte del proceso está el umbral en que se pasa de la vida a la muerte.
La muerte es la separación del principio vital (llámese alma, psique, etc.) y del cuerpo, en la concepción filosófica clásica.

También se ha dado una definición muy impersonal de la muerte: es la extinción del sistema individual.
O también: es la supresión del metabolismo. Pero todo el mundo sabe que la muerte es personal.
El hombre es el único animal que conoce que va a morir, y siente que la muerte es como el último tono de la melodía de la vida.

Por eso, el miedo a morir es normal en todos los seres humanos, y sobre todo si se trata de una muerte dolorosa, dramática; en tales casos, el posible deseo y petición de la muerte puede interpretarse en el sentido de que ese individuo pide ayuda médica, consuelo moral, compañía, calor humano, ayuda espiritual (Medicina Paliativa), medios todos ellos que hacen digna la muerte.

Algunas personas, en momentos determinados de su vida, experimentan el sentimiento autodestructivo de terminar su existencia.
El acto para conseguirlo es lo que llamamos suicidio. Lo contrario es el deseo de vivir, el cual no contraría al instinto de supervivencia, ya que éste nos impulsa a esquivar la muerte.
Por ejemplo, suicidas que saltan al vacío intentan agarrarse a algo para no morir, eso es el instinto de supervivencia (o conservación).

Debemos tener mucho cuidado de juzgar a las personas que se suicidan, ya que ninguna persona sabe exactamente que lo ocurre dentro de la mente del suicida.
Dios es el único capacitado para saber y sondear dentro de los corazones, y sabe exactamente porqué la persona se suicida.

EL DOLOR ANTE LA MUERTE

Cada Ser Humano es distinto y tendrá una filosofía de la vida distinta, con sus creencias y sus religiones y con ello nadie es dueño de la verdad porque, entre otras cosas, la única verdad para un cristiano es Jesucristo.
Pero sí hemos de apuntar a nuestro interior, nuestra vida espiritual, porque su fomento crea seguridad y confianza y consecuentemente, una vida menos dolorosa.

Seguro que llegados a este punto muchos de nosotros nos habremos formado una imagen un tanto fría de las emociones pero el verdadero afecto no consiste en llorar el proceso de la muerte sino en ingeniárselas para salir de la pena.

Ese sentimiento que nos acosa ante la muerte de un ser querido es lo que llamamos "duelo".
Cuando una persona amada muere nos sentimos en un primer momento perdidos, tratados injustamente, por haber sido arrancados bruscamente de su lado.

Rechazamos la dolorosa realidad como si de una pesadilla se tratase y al despertar nuestro amado volviera a estar vivo.
Ese proceso es nuestro mecanismo de defensa para que el yo que habitamos no sufra tanto. Pensamos mil formas distintas de negarlo, recorriendo mentalmente el pasado.

Pero en este proceso de dolor y duelo llegamos a un reconocimiento de la dolorosa realidad que evoluciona hacia la propia reinserción en la vida que vivimos, manteniendo en nuestra mente su recuerdo pero avanzado en la reconstrucción de nuestra propia existencia.

El duelo es un proceso necesario y natural para sanar nuestra mente y se utiliza siempre que perdemos algo o alguien querido.
Es necesario que comprendamos y aceptemos nuestros sentimientos con respecto a la muerte, que incorporemos la creencia de que es un proceso natural en una vida y que su significado tiene que ver más con renovación e inicio que con final o castigo.

La actitud que tengamos hacia la muerte depende mucho de nuestro entorno tanto cultural como familiar.
Nuestras convicciones las hemos heredado o aprendido de aquello que oímos y es, al madurar y hacernos adultos, cuando a menudo cuestionamos esas creencias tan instaladas en nuestro ser.

Frente a cualquier situación lo peor que puede pasar es la propia muerte y ello es un hecho totalmente natural, con lo cual son innecesarias emociones tales como ansiedad o depresión.

¿QUÉ OCURRE CON LOS SERES HUMANOS TRAS LA MUERTE?

Esta es una pregunta que surge tras la muerte del ser humana y es tal vez la más interesante.

La concepción de la muerte como fin o como tránsito, su creencia en una vida después de la muerte, en el Juicio Final... actúan como condicionantes para la actuación de los individuos en un sentido u otro.

La idea de inmortalidad y la creencia en el Más allá aparecen de una forma u otra en prácticamente todas las sociedades, religiones y momentos históricos.
Usualmente se deja al arbitrio de los individuos, en el marco de los conceptos dados por su sociedad, la decisión de creer o no creer y en qué creer exactamente, qué ocurre en el momento que una persona deja vivir y abandona este mundo.

La esperanza de haber otra vida y debido al entorno social de una persona, determina la presencia de vida en los individuos después de la muerte, y su relación con ella.
Realmente, lo que se preguntan es qué ocurre con las facultades mentales de la persona que ha fallecido.

Unos creen que se conservan gracias al espíritu que le daba fuerza a su mente, elevando su estado de conciencia a realidades aun mayores, otros creen en la migración del alma de un ser humano tras su muerte a un plano físicamente inalcanzable.

La religión cristiana considera la muerte como el fin de la permanencia física del ser humano en su estado carnal, el espíritu abandona el cuerpo físico que se deteriora y que es incapaz de sostenerse bajo las leyes de este universo finito, e inmediatamente vuelve a Dios (Eclesiastes 12:7).

El alma, dependiendo de si conoció y reconoció a Jesucristo como su Dios y salvador (Romanos 10:9) se va a un lugar de reposo a la espera de la segunda venida de Jesucristo (1 Tesalonicenses 4:16) en ese lugar de reposo su relación con el Ser Supremo sería directa (el Paraíso).
Y el otro lugar (el infierno), el de los espíritus encarcelados quienes no reconocieron a Jesús como su Señor y Salvador deberán presentarse en el Juicio Final.

El Paraíso es un mundo dinámico donde se realiza una interacción con la obra de Dios y con las personas en la tierra mediante el ministerio de ángeles.

En la Iglesia Católica: "Frente a la muerte, el enigma de la condición humana alcanza su cumbre". En un sentido, la muerte corporal es natural, pero por la fe sabemos que realmente morimos por el pecado original (Rm 6, 23; cf. Gn 2, 17).

La muerte es el final de la vida terrena. Nuestras vidas están medidas por el tiempo, en el curso del cual cambiamos, envejecemos y como en todos los seres vivos de la tierra, al final aparece la muerte como terminación normal de la vida.
Este aspecto de la muerte da urgencia a nuestras vidas: el recuerdo de nuestra mortalidad sirve también para hacernos pensar que no contamos más que con un tiempo limitado para llevar a término nuestra vida.

La muerte es consecuencia del pecado. Intérprete auténtico de las afirmaciones de la Sagrada Escritura (cf. Gn 2, 17; 3, 3; 3, 19; Sb 1, 13; Rm 5, 12; 6, 23) y de la Tradición, el Magisterio de la Iglesia enseña que la muerte entró en el mundo a causa del pecado del hombre (cf. DS 1511).

Aunque el hombre poseyera una naturaleza mortal, Dios lo destinaba a no morir.
Por tanto, la muerte fue contraria a los designios de Dios Creador, y entró en el mundo como consecuencia del pecado (cf. Sb 2, 23-24).
"La muerte temporal de la cual el hombre se habría liberado si no hubiera pecado" (GS 18), es así "el último enemigo" del hombre que debe ser vencido (cf. 1 Co 15, 26).

EL SENTIDO DE LA MUERTE CRISTIANA

Por la muerte, el alma se separa del cuerpo, pero en la resurrección Dios devolverá la vida incorruptible a nuestro cuerpo transformado reuniéndolo con nuestra alma. Así como Cristo ha resucitado y vive para siempre, todos nosotros resucitaremos en el último día.

Gracias a Cristo, la muerte cristiana tiene un sentido positivo.
"Para mí, la vida es Cristo y morir una ganancia" (Flp 1, 21). "Es cierta esta afirmación: si hemos muerto con él, también viviremos con él" (2 Tm 2, 11).

La novedad esencial de la muerte cristiana está ahí: por el Bautismo, el cristiano está ya sacramentalmente "muerto con Cristo", para vivir una vida nueva; y si morimos en la gracia de Cristo, la muerte física consuma este "morir con Cristo" y perfecciona así nuestra incorporación a El en su acto redentor.

En la muerte, Dios llama al hombre hacia sí. Por eso, el cristiano puede experimentar hacia la muerte un deseo semejante al de san Pablo: "Deseo partir y estar con Cristo" (Flp 1, 23); y puede transformar su propia muerte en un acto de obediencia y de amor hacia el Padre, a ejemplo de Cristo (cf. Lc 23, 46).

La visión cristiana de la muerte (cf. 1 Ts 4, 13-14) se expresa de modo privilegiado en la liturgia de la Iglesia:

«La vida de los que en ti creemos, Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo. (Misal Romano, Prefacio de difuntos).

La muerte es el fin de la peregrinación del hombre en este mundo, del tiempo de gracia y de misericordia que Dios le ofrece para realizar su vida terrena según el designio divino y para decidir su último destino.

Cuando ha tenido fin "el único curso de nuestra vida terrena" (LG 48), ya no volveremos a otras vidas terrenas. San Pablo dijo: sólo se vive y se muere una sóla vez. No hay otra vida semejante a ésta, no se puede volver a este mundo una vez muerto.

"Está establecido que los hombres mueran una sola vez" (Hb 9, 27).
No hay "reencarnación" después de la muerte.

La Iglesia nos anima a prepararnos para la hora de nuestra muerte.
"De la muerte repentina e imprevista, líbranos Señor": Letanías de los santos, a pedir a la Madre de Dios que interceda por nosotros "en la hora de nuestra muerte" (Avemaría), y a confiarnos a san José, patrono de la buena muerte:

«Habrías de ordenarte en toda cosa como si luego hubieses de morir.
Si tuvieses buena conciencia no temerías mucho la muerte.
Mejor sería huir de los pecados de la muerte del alma. Si hoy no estás aparejado, ¿cómo lo estarás mañana?» (De imitatione Christi 1, 23, 1).

«Y por la hermana muerte, ¡loado mi Señor!
Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!»

(San Francisco de Asís, Canticum Fratris Solis)

Jesús, el Hijo de Dios, sufrió libremente la muerte por nosotros en una sumisión total y libre a la voluntad de Dios, su Padre. Por su muerte venció a la muerte, abriendo así a todos los seres humanos la posibilidad de la salvación.

Según la religión Católica la obra de Dios se resume en las siguientes frases: -"Esta es mi Obra y mi Gloria, llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre"-

LA MUERTE FRENTE A OTRAS RELIGIONES

Según la religión cristiana de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormona), el espíritu que abandona el cuerpo es semejante en apariencia al que deja en estado carnal, pero en su forma más joven.
Los conocimientos adquiridos, la apariencia física se conservan pero en un estado de perfección intangible para este mundo y más puro.

Para los Testigos de Jehová, la gran mayoría de los muertos se encuentran en un estado de inconsciencia absoluto y que incluso, ni el Rey David ascendió a los cielos(Eclesiastés 9:5,6,10; Hechos 2:34).

Los testigos de Jehová creen que cuando la "nueva tierra" (nuevo sistema, 2 Pedro 3:13) se encuentre establecida bajo el reinado milenario de Cristo, la resurrección -tanto de Justos como de Injustos-(pecadores) se llevará a cabo en todo el globo, y es allí donde serán juzgados según sus obras realizadas durante el milenio, los que obren mal a la muerte eterna (Muerte sin esperanza de resurrección) y los que obren bien a la vida eterna en un paraíso terrenal (Juan 5:28,29; Apoc. 20:11-15; Hechos 24:15).

Creen también en otra categoría minoritaria de cristianos que abrigan otra esperanza. Estos son los 144.000 "ungidos por espíritu santo" que, según ellos, al fallecer van al cielo para ser reyes y sacerdotes y gobernar con Cristo “Sobre la Tierra” en el reinado Milenario.

Según los Testigos Cristianos de Jehová, la recolección de estos “Ungidos” que tienen esperanza celestial comenzó con los apóstoles de Cristo, cuando Jesús les ofreció moradas en el Cielo, oferta que continua hasta el día de hoy, pero solo con algunos pocos (Apoc. 5:9,10; 7:4; 14:1-3).[1].
Asegurando que "la muerte será reducida a nada".[2]

Muchos antropólogos creen que los entierros dedicados de los Neandertales son evidencia de su creencia en la vida después de la muerte.

LA ALEGRÍA QUE NUNCA TERMINA

Vivir con Dios eternamente, ése el fín del ser humano, porque para éso hemos sido creado, para éso estamos en éste mundo.
Ya lo dijo San Agustín; nuestra alma estará inquieta, y no reposará en paz, hasta que no descanse en Dios.

De ahí se comprende que cuando una persona muere, deja su cuerpo en este mundo, pero su alma corre velozmente hacia el encuentro con su creador, con Dios, y si por alguna razón no puede verle inmediatamente, el alma sufre, con unos dolores espantosos y terribles.

Ahora, que es un ser espiritual, comprende lo importante que es estar unido a Dios, verle a cara a cara, es su mayor anhelo, lo desea tan fervientemente, que sufre terriblemente, hasta el día que llegue ése momento que tanto espera.

Ése es el dolor terrible y espantoso de las almas del purgatorio. Se sienten abandonadas por Dios, éso les produce mucha tristeza y amargura.
Se sienten desconzoladas, y se dan cuenta que el único que puede sacarlas de ése "estado" de mucha tristeza, abandono y desconzuelo, es sólo Dios.

Ellas rezan con mucho fervor, con mucha devoción a Dios-Padre, implorándole por su estado, que calme sus angustias, pero no les es válido.

Y es por eso que esperan con mucha paciencia, que nosotros los mortales, los que todavía estamos en este mundo, la iglesia militante, las ayudemos con nuestros rezos, oraciones, ayunos, misas, y sacrificios ofrecidos a ellas que sufren y deben purgar sus pecados ante la Divina Justica de Dios.

Cuando su calvario en el purgatorio termina, salen de allí, y totalmete limpios y purificados, ya pueden ver a Dios.
Esto hace que cambien de "estado", el de la amargura, el de la angustia, por el de la alegría de la felicidad eterna.

Y así, en ése estado de alegría, de felicidad sin fín, permanecerán para siempre.
Ya nada ni nadie podrá quitarles la felicidad que sienten.
Nunca más pecarán, ni nunca más ofenderán a Dios.
Pues ya son santas, ya son benditas ante los ojos de Dios.

LA REALIDAD DE LOS NÚMEROS FRENTE A LA VIDA Y LAMUERTE

Cada día mueren en todo el mundo apróximadamente unas 151.200 personas, unos 55 millones de personas al año.
Quizás puedan parecer cifras muy grandes, pero lo cierto es que el número de nacimientos es mucho mayor, lo que hace que la población mundial esté creciendo y a un ritmo muy rápido.
Según los nuevos datos estadísticos hemos superado los 7 mil millones de habitantes en el mundo.
Y en contraposición a las muertes, cada día nacen apróximadamente unas 213.000 personas.
Esto hace de un modo natural que la raza humana no se extinga. Así, en los últimos 60 años, apartir del año 1950 hasta el día de hoy, la población se ha duplicado, y ahora somos más, hay más habitantes, más bocas que comer, más personas buscando trabajo, en muchos lugares el alimento escasea, hay más competencia entre los seres humanos.

Y cómo la naturaleza es selectiva, siempre triunfa el más fuerte, el más preparado. Estamos mal acostumbrados a vivir en una sociedad de apariencias, donde tienen más oportunidades los descendientes europeos, frente a los nativos del lugar.
Y así dejando de lado y fuera social y laboral, a aquellas personas que no tienen la oportunidad de estudiar, o recibir educación alguna.

También se ha de decir que los avances en medicina y sanidad han facilitado que la mortalidad en el mundo se redujera a la mitad, al mismo tiempo que aumentó la esperanza de vida.
Allá por el año 1900, el ser humano sólo vivía apróximadamente entre 50 y 55 años, para la mayoría de la personas.

Algunas lograban llegar a los 60 años y pico, y con varias problemas de salud.
Sólo unos pocos alcanzaban llegar a los 70 y ni que digamos a los 80 años, éstas personas eran contados con los dedos de la mano y se los tenía como grandes personajes, ya que habían logrado llegar a una edad, que no era usual, el cáncer y otros enfermedades en personas mayores no se conocían.

¿CUÁNTAS PERSONAS NACEN Y MUEREN CADA MINUTO?

NACIMIENTOS:

Cada segundo nacen 4,21 bebes en todo el mundo.

Cada minuto que pasa en el mundo nacen 253 bebés.

Esto hace que cada hora haya 15,180 nacimientos en todo el mundo.
Y si lo multiplicamos por 24, que son las horas del día: habrá 364,320 nacimientos por día en el mundo.
En un año nacen 132,976,800 personas.

MUERTES:

En cada minuto que pasa mueren 120 personas en todo el mundo.

Esto también hace que en una hora hayan fallecido unas 7,200 personas en todo el mundo.
Y nuevamente, si lo multiplicamos por 24 que son las horas del día; se producirán 172,800 fallecimientos por día en el mundo entero.

En un año, lo multiplicamos por 365; mueren 63,072,000 personas.

DIFERENCIAS

Gracias a Dios, queda una diferencia, la naturaleza sigue siendo sabia;
y si comparamos, al restar las muertes a los nacimientos por minuto obtenemos que:
253 nacimientos - 120 muertes =133

Hay 133 nuevas personas cada minuto que pasa en el mundo.

Y multiplicando por 60, tenemos; 7,980 persona nuevas cada hora.

Y en un día entero hay 191,520 personas nuevas en el mundo!

Si a los nacimientos le restamos las muertes tenemos;
69,904,800 personas mas en un año.

Esta fuente de información puede variar, ya que en accidentes de aviones, terremotos, maremotos, sunamis, la cifra sufre una breve alteración sumando más muertes.

Fuente
Oficinas de censo EEUU, tomando en cuenta censos de todo el mundo del año 2010/11.

¿DE QUÉ SE MUERE LA GENTE?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuya principal tarea es analizar información sobre las causas de muerte en todo el mundo no dice que: "Por ejemplo, los niños en Europa no se mueren casi de enfermedades infecciosas: todos están vacunados.
Hace 50 años era diferente. Así que los europeos ya no se mueren muy jóvenes, sino muy viejos".

Pero eso no es cierto para todos, como deja claro el más reciente informe "Estadísticas de Salud Mundial" del Observatorio Global de la Salud.
Con este tipo de informes, le dan seguimiento a la humanidad y a las razones por las cuales se pierde la vida.

Para ilustrar su estudio, sin tener que manejar números imposibles, la OMS pide imaginar un grupo internacional diverso de mil individuos (1000 personas) representativos de las mujeres, hombres y niños de todo el mundo que murieron en el año 2008.

De las mil personas, 159 habrían muerto en países de altos ingresos, 677 en países de ingresos medianos y 163 de países de bajos ingresos (lo que suma 999 por razones de aproximación).

Lo primero que llama la atención es que aparentemente se mueren muchas más personas del grupo de ingresos medianos, al que pertenecen todos los países de Latinoamérica.

Pero hay que tener en cuenta que éste es el grupo más abultado, englobando una población de 4.887'999.000 personas, seis veces más que la población de los países de bajos ingresos y cinco veces más que la de ingresos altos.

"No se muere más gente en un grupo que en otro, pero lo que sí es notable es que el 99% de los menores de edad que fallecen en el mundo viven en los países más pobres", subraya la OMS.

Nacer y crecer en países sin servicios sanitarios adecuados es peligroso, sentencia. No sorprende entonces que la octava y décima causa de muerte en los países de ingresos bajos se relacionan con ello.

Pero tampoco hay que olvidar que todas las otras causas de muerte en esos países afectan fuertemente a los niños.

Lo otro que llama la atención al revisar la tabla es que el tan temido cáncer sólo aparece entre las 10 principales causas de muerte en los países de altos ingresos...

¿es esto porque hay que vivir lo suficiente para poder adquirirlo?

Exacto. En los países más pobres, la expectativa de vida es a veces de menos de 50 años, así que la probabilidad es que no vivan el tiempo necesario para desarrollar cáncer y otras enfermedades derivadas del cáncer.

Las otras enfermedades infecciosas se le adelantan al cáncer: sida, tuberculosis... hay demasiadas enfermedades compitiendo".

Lo mismo ocurre con las demencias. Pero lo más notable quizás es que en todos los grupos, el corazón parece ser el órgano más débil.
"Es porque tiene que ver con el estilo de vida: comida basura, falta de ejercicio, alcohol, cigarrillos, etc. Todo eso lo afecta, donde quiera que uno viva".

35,000 PERSONAS MUEREN DE HAMBRE CADA 24 HORAS EN EL MUNDO

Un total de 2.700 millones de personas, el 40% de la población mundial, viven en una situación de pobreza.

De ellos, 1.600 millones sobreviven con cerca de 1,25 euros diarios, y otras 1.100 millones viven en condiciones de pobreza extrema, con menos de 0,79 euros al día.

Además, 35.000 personas mueren de hambre cada 24 horas en un mundo en que el gasto medio por persona es de 13,4 euros diarios.

La asistencia a las movilizaciones del 21 de octubre es fundamental para obligar a los políticos a que la lucha contra la pobreza sea una prioridad en sus agendas

Para intentar acabar con la desigualdad económica, hoy se celebra el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza en el marco de la Semana de Movilización contra este problema, promovida por Naciones Unidas.

La campaña Levántate contra la pobreza culminará con manifestaciones en 31 ciudades españolas el próximo sábado.

"La asistencia de los ciudadanos a las movilizaciones del 21 de octubre es fundamental para obligar a los políticos a que la lucha contra la pobreza sea una prioridad en sus agendas", explicó ayer a 20minutos.es el presidente de la Coordinadora de ONGs de Desarrollo (CONGDE), José María Medina.

FALTA VOLUNTAD POLÍTICA.

La razón de que todavía no se haya erradicado la pobreza estriba en que los países ricos no han cumplido sus promesas

La razón de que todavía no se haya erradicado la pobreza estriba en que los países ricos no han cumplido sus promesas (en relación con los ocho objetivos de desarrollo del milenio de Naciones Unidas, que deben alcanzarse en 2015), según denuncia la Alianza Española contra la Pobreza.

De hecho, en 1990, la media de la ayuda destinada al desarrollo era el 0,33% del PIB de los países donantes; y hoy ha bajado hasta el 0,25%.

Además, hay 38 países que invierten cuatro veces más en su deuda externa que en salud y educación juntos.

Desde las ONGs se pide que se cancele la deuda para cumplir con los objetivos del milenio.

EN ESPAÑA EL 20% ES POBRE.

El 20% de los residentes en España viven por debajo del umbral de la pobreza, según datos del Instituto Nacional de Estadística de julio de 2005.

De este total, el 51,8% son mayores de 65 años que viven solos.

De hecho, los grupos de edad que registran mayores niveles de pobreza son las personas mayores de 65 años y las menores de 16.

En cuanto a los que no tienen hogar, se contabilizaron 30.000 en 2005, conforme a datos de Cáritas.

¿Sabías que...

...unos seis millones de niños mueren al año porque sus sistemas inmunes están debilitados por desnutrición?

...tres de cada cuatro personas con hambre viven en zonas rurales?

...hay nueve millones de pobres en los países industrializados?

FUENTE: 20minutos.es
Pobreza mundial

EL RELOJ MUNDIAL. MUESTRA: NACIMIENTOS, MUERTES, ENFERMEDADES, POBLACIÓN Y MÁS...



LO QUE LOS MORIBUNDOS LAMENTAN NO HABER HECHO

Los testimonios de vida de las personas que han estado al borde de la muerte por diferentes motivos, descubren a los seres humanos y fomentan los balances en positivo que los individuos nuncan se atreven a hacer si no han pasado por ese trance de estar a punto de cruzar ese ‘túnel’ del que hablan los seres que se recuperan y logran afrontar una nueva oportunidad que da la existencia.

De este modo es que surgen las cosas de las que nos arrepentimos antes de morir y las acciones que debiéramos de hacer, si la vida nos diera otra oportunidad.

Toda esta disertación recoge el planteamiento que hace Bonnie Ware, una persona que durante muchos años ha estudiado e investigado aquello que los profesionales llaman "cuidados paliativos", en los enfermos terminales.

Su obra, que lleva como título Regrets of the dying, y que bien podríamos traducirla como los lamentos de los moribundos, expone las cinco razones más típicas de remordimiento de aquellos seres que están en el tramo final de la vida, sin ninguna opción de reconducirla por mucho que hayan hecho y deshecho en la carrera de los años y de la subsistencia.

Según Bonnie Ware, estos son los cinco arrepentimientos mayormente expresados antes de morir:

1.- “Me gustaría haber tenido el valor de vivir una vida fiel a mís conceptos y no la vida que otros esperaban de mí”

Es el lamento más usual de los moribundos, debido a que tras el balance de vida muchas personas evidencian que no han podido cumplir una mínima parte de sus sueños. Esto obedece a que eligieron lo que creían que debían hacer, en lugar de lo que realmente querían hacer.

2.- “Me hubiese gustado no haber trabajado tan duro”

Es el clamor más frecuente entre los hombres, que hubiesen querido haber pasado más tiempo junto a su familia viendo crecer a sus hijos, en lugar de pasar tanto tiempo en sus puestos de trabajo.

3.- “Me gustaría haber tenido el valor suficiente para manifestar mis sentimientos”

Estas personas que se cohibieron de expresar sus sentimientos y de no decir "te quiero", a familiares, amigos, vecinos; para no enfrentarse a quienes los rodeaban se arrepienten de no haberlo hecho y vivieron una existencia pobre y amarga, en la que no fueron ellos mismos.

4.- “Me hubiese gustado mantenerme en más contacto con mis amigos”

Similar a las personas que se arrepienten de haber dejado a un lado a sus seres queridos, es muy habitual reprocharse no haber cuidado lo suficiente aquellas amistades importantes. Cuando ya se está en el trance final es imposible recuperar el tiempo perdido.

5.- “Me gustaría haber sido más feliz y haber hecho feliz a otros”

Es el lamento más triste de los moribundos que prefirieron engañarse a sí mismos y continuar con unas existencias en las que no eran felices, y también de hacer feliz a quienes lo rodeaban, en lugar luchar contra todos los miedos y cambiar de vida.

Estas premisas de Bonnie Ware que ha sacado de las personas que están en su lecho de muerte, hace que el balance de los moribundos pueda resultar un examen frustrante.

Según Ware, es bueno que todas las personas que están en la plenitud de sus condiciones reflexionen a tiempo para cambiar sus propósitos y puedan reconducir la marcha de los años para que en el momento de enfrentar la muerte, puedan partir tranquilos con el recorrido a lo largo de la vida.

FUENTE: Lavanguardia.com

ORACIONES POR LOS AGONIZANTES Y POR LOS QUE MUEREN TODOS LOS DÍAS

Cualquier oración es válida para pedir por aquella persona que está por morir, y quizás pende de un hilo su salvación eterna. Tenemos en nuestras manos el poder de salvar a aquellos que quizás lo estan necesitando urgentemente; mediante la oración y con mucha fe, podemos salvar a cualquier persona, pidiendo simplemente por su salvación con esta simple oración, que lleva en sí, una fuerza increible:

"JESÚS, MARÍA OS AMO SALVAD LAS ALMAS"

Repitiéndola muchas veces y a cualquier hora, y ofreciéndolo por los agonizantes del día, sentiremos paz y alegría en nuestro corazón, por haber hecho un acto de caridad espirtual en favor de los que más lo necesitan.

En cualquier momento de nuestras vidas, tenemos que enfrentarnos a la dura realidad de la muerte de algún ser querido, algún conocido nuestro, o quizás de nosotros mismos; el día menos pensado debamos comparacer delante de Dios.

Si realmente amamos a quienes han partido, pensaríamos en el bienestar de nuestro ser amado, el cual ya está en el otro mundo, y seguramente necesita de nosotros.
Y su necesidad ahora es espiritual, no material.
No tratemos de buscar con nuestras lágrimas, querer hacer volver al ser amado, que ya no está.
Las lágrimas, las flores, las lápidas y entierros costosos no les sirven de nada.
Demostrémosles nuestro amor, rezando por ellos.
Ofrezcámosle misas, sacrifios espirituales, ayunos, rosarios, y muchas oraciones.

Recordemos que más 7200 personas mueren por hora en mundo, eso es más de 172,800 personas por día.

Recemos por ellas, tomemos la hermosa costumbre de ofrecer nuestros rezos a todos aquellos personas que mueren a cada hora.

Se puede repetir a cada hora, si se tiene tiempo, y buena predisposición.
U ofrecerla por el día entero.

Recordemos nuevamente que algún día nosotros estaremos dentro de esas 151,200 personas que mueren todos días.
Seamos caricativos con ellas, hagamos todos los día un gran acto de caridad espiritual con los que parten de este mundo.

Tengamos muy en cuenta que cuando el "Corazón de Dios" se conmueve, es inmensamente bondadoso, Misericordioso, lleno de Amor, y un océano infinito de perdón, para todos aquellos que ayudan a sus hermanos en su trance final por este mundo.

ORACIÓN:

•Recibe, Señor, a tu siervo (sierva) que está por partir de este mundo y espera de tu misericordia. R/ Amén.

•Libra, Señor el alma de tu siervo de todos los peligros del infierno, de los lazos de las penas y de todas las tribulaciones. R/Amén.

•Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Enoch y a Elías de la muerte común a los hombres. R/. Amén

•Libra, Señor, como libraste a Noé del diluvio. R/.Amén.

•Libra Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Isaac de ser inmolado, y de la mano de su padre Abrahán. R/. Amén.

•Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Lot de Sodoma y de las llamas del fuego. R/. Amén.

•Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Moisés de la mano del Faraón, rey de los Egipcios. R/. Amén.

•Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Daniel en el foso de los leones. R/. Amén.

•Libra, Señor, el alma a tu siervo, como libraste a los tres jóvenes del horno de fuego ardiente, y de las manos de un rey cuel. R/. Amén.

•Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a David de las manos del rey Saúl, y de las manos de Goliat. R/. Amén

•Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Pedro y Pablo de las cárceles. R/. Amén

•Y así como libraste de atrocísimos tormentos a tu dichosísimas virgen y mártires, así también dígnate librar el alma de tu siervo, y concédele que contigo pueda gozar de los bienes del cielo.

Oremos: Encomendámoste, Señor, el alma de tu siervo, y te rogamos, Señor Jesucristo, Salvador del mundo, que no dejes de colocar en el seno de tus Patriarcas a esta alma, por la cual misericordiosamente bajaste a la tierra.

Alegra, Señor, esta alma en tu presencia, y no te acuerdes de sus antiguas culpas. Pues aunque haya pecado, no ha negado al Padre, ni al Hijo, ni al Espíritu Santo, sino que creyó, y tuvo amor y celo del Dios que hizo todas las cosas.

Señor, te suplicamos que olvides los delitos e ignorancias de su juventud; pero acuérdate de él en la gloria de tu caridad, según tu gran misericordia.

Ábranse los cielos y alégrense con él los Ángeles. Recibe a tu siervo, en su Reino. Recíbale San Miguel, Arcángel de Dios, que mereció ser príncipe de la milicia celeste.

Salgan a su encuentro los santos Ángeles de Dios, y condúzcanle a la ciudad celestial, Jerusalén. Recíbale el bienaventurado Pedro Apóstol a quien se dieron las llaves del reino de los cielos.

Ayúdele el Apóstol San Pablo que digno vaso de elección. Interceda por él San Juan, Apóstol de Dios a quien fueron revelados los secretos del cielo. Rueguen por él todos los Santos Apóstoles, a quienes el señor dio el poder de atar y desatar.

Intercedan por él todos los Santos y escogidos de Dios, que en este mundo sufrieron grandes tormentos por el nombre del cristo; para que desligado de las cadenas de la carne merezca llegar al glorioso reino de los cielos, por la gracia de nuestro Señor Jesucristo, quien con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. R/. Amén

Oración: La clementísima Virgen María, Madre de Dios, piadosísimo consuelo de los tristes, encomiende a su Hijo el alma del siervo(a) N para que con esta intervención maternal, no tema los horrores de la muerte; sino que con su compañía llegue alegre a la deseada patria celestial. R/. Amén.

ORACIÓN A SAN JOSÉ, PATRONO DE LA BUENA MUERTE

A ti acudo San José, Patrono de los moribundos, a ti en cuyo dichoso tránsito estuvieron solícitos Jesús y María; por estas dos carísimas prendas te encomiendo con empeño el alma de este tu siervo(a) N que lucha en la extrema agonía; para que por tu protección sea libre de las asechanzas del demonio y de la muerte perpetua, y merezca ir a los gozos eternos.

Ayúdalo en su tránsito final, ayúdalo en la lucha final de su alma con las asechanzas del demonio, la gracia para vencerlo y aceptar a Jesucristo como su Salvador y su Señor. Amén.

ORACIÓN POR LOS AGONIZANTES AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

¡Oh misericordioso Jesús, abrasado en ardiente amor de las almas!
Te suplico por las agonías de tu sacratísimo Corazón y por los
dolores de tu inmaculada Madre, que laves con tu sangre a todos los
pecadores de la tierra que estén ahora en la agonía y tienen que
morir hoy. Amén.

¡Corazón agonizante de Jesús, ten misericordia de los moribundos!
(3 veces)

LETANÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS POR LOS MUEREN TODOS LOS DÍAS EN TODO EL MUNDO

(Una de las Letanías más Indulgenciadas, y más aprobadas por los Papas de todos los tiempos, por su riqueza espiritual, y porque es un buen acto de caridad.)

Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.

Dios Hijo, redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

Trinidad Santa, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.

Corazón agonizante de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la
Virgen Madre ,(R: ten piedad de nosotros).

Corazón agonizanate de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios, (R).

Corazón agonizante de Jesús, de majestad infinita, (R).

Corazón agonizante de Jesús, santuario de la divinidad, (R).

Corazón agonizante de Jesús, templo de la Santísima Trinidad, (R).

Corazón agonizante de Jesús, abismo de sabiduría, (R).

Corazón agonizante de Jesús, casa de Dios, puerta del Cielo, (R).

Corazón agonizante de Jesús, silla de la grandeza y de la majestad de Dios, (R).

Corazón agonizante de Jesús, deseo de los eternos collados, (R).

Corazón agonizante de Jesús, que reposas entre los lirios, (R).

Corazón agonizante de Jesús, océano infinito de bondad, (R ).

Corazón agonizante de Jesús, hoguera ardiente de caridad, (R).

Corazón agonizante de Jesús, trono de misericordia, (R).

Corazón agonizante de Jesús, tesoro que no se agota jamás, (R).

Corazón agonizante de Jesús, magnífico con los que te invocan, (R ).

Corazón agonizante de Jesús, de cuya plenitud hemos sido enriquecidos, (R ).

Corazón agonizante de Jesús, modelo de todas las virtudes, (R).

Corazón agonizante de Jesús, infinitamente bondadoso e infinitamente bueno, (R).

Corazón agonizante de Jesús, fuente de vida y de santidad, (R).

Corazón agonizante de Jesús, objeto de las complacencias del Padre celestial,
(R).
Corazón agonizante de Jesús, hostia viviente, Santa y agradable a Dios, (R).

Corazón agonizante de Jesús, propiciación por nuestros pecados, (R).

Corazón agonizante de Jesús, lleno de amargura por nuestros pecados, (R).

Corazón agonizante de Jesús, triste hasta la muerte en el jardín de los Olivos,
(R).
Corazón agonizante de Jesús, saciado de oprobios e insultos, (R).

Corazón agonizante de Jesús, herido de amor por nuestros pecados, (R).

Corazón agonizante de Jesús, obediente hasta morir en la cruz, (R).

Corazón agonizante de Jesús, desangrado en la cruz, (R).

Corazón agonizante de Jesús, traspasado por la lanza, (R).

Corazón agonizante de Jesús, herido de dolor por nuestros pecados, (R).

Corazón agonizante de Jesús, vida y resurrección nuestra, (R).

Corazón agonizante de Jesús, paz y reconciliación reconciliación, (R ).

Corazón agonizante de Jesús, ultrajado y despreciado en el Santísimo Sacramento de tu amor, (R).

Corazón agonizante de Jesús, refugio de los pecadores, (R).

Corazón agonizante de Jesús, fuerza de los débiles y de los arrenpidos, (R).

Corazón agonizante de Jesús, consuelo de los afligidos, (R).

Corazón agonizante de Jesús, perseverancia de los justos, (R).

Corazón agonizante de Jesús, salud y salvación de los que en Ti esperan, (R ).

Corazón agonizante de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren (R).

Corazón agonizante de Jesús, dulce apoyo de tus adoradores, (R ).

Corazón agonizante de Jesús, delicia de todos los Santos, (R).

Corazón agonizante de Jesús, vocación de los religiosos y religiosas, (R).

Corazón agonizante de Jesús, nuestra ayuda en las dificultades, (R).

Corazón agonizante de Jesús, protector de las familias que te invocan, (R).

Corazón agonizante de Jesús, auxilio de los moribundos, (R).

Corazón agonizante de Jesús, alegría de los te invocan y se refugian en Tí. (R).

Corazón agonizante de Jesús, salvación de los que mueren todos los días.


Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia
de nosotros.

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

V. Jesús, manso y humilde de corazón,
R. haz nuestro corazón, semejante al tuyo.

Fuente: Grupo de Oración Santo Cura de Ars.

ORACÍON POR LOS AGONIZANTES A DIOS PADRE TODOPODEROSO

Los que rodean al enfermo deberán ayudarle a bien morir con piadosas jaculatorias y con edificantes lecturas, sobre todo la Pasión del Señor según los Santos Evangelios.

Procúrese también que el enfermo tenga el Crucifijo a su cabecera, para que pueda besarlo.
Puede sugerírsele jaculatorias como éstas, inspiradas en los Salmos, para provocar actos de paciencia, de penitencia, de amor de Dios y de conformidad con la voluntad divina, de esperanza y de fe, de deseo de los bienes celestiales y desapego de los mundanos.

Todo esto es un acto de caridad muy grande, que Dios ha de premiar mucho, si ayudamos a morir bien a un ser humano, y éste en el cielo no dejará de pedir por nosotros, por nuestra salvación eterna.

1.¡Señor! Ten piedad de mí, que soy un pecador!

2.¡Señor! No mires mis pecados, sino mi fe en ti!

3.¡En Ti, señor, espero; no me confundas para siempre!

4.¡Acuérdate, Señor, de que eres todo misericordioso!

5.¡Oh Dios mío! Te amo con todo mi corazón y deseo verte!

6.Tú mismo, Señor, eres mi premio eterno y mi esperanza!

7.En el cielo me esperan los Justos para recibirme, ayúdame Dios mío!

8.¡Ay Señor, que mi agonía se prolonga, quiero estar contigo!

9.Mi patria es el Cielo, la tierra de los vivos!

10.Mira Señor que mis enemigos se multiplican, el demonio me acecha!.

11. Líbrame de ellos por la gloria de tu nombre; dame fortaleza para recharlos!

12.En tus manos, señor, entrego mi alma. Tú me redimiste, Oh Dios, fiel a tus promesas!

13.Deseo morir para estar con Cristo, y la Santísima Virgen!

14.Mi vida es Cristo, y el morir contigo es más dulce que la miel!

15.¡Ven Señor Jesús! ¡Apúrate en socorrerme!

16.Pronto me llenarás de alegría al ver tu rostro; y tus delicias no tendrán fin para mí!

17.¡Oh Jesús! Tus llagas benditas son mi refugio y mi asilo seguro!

18.Creo que mi Redentor vive, y que en el último día he de resucitar, y que con mis propios ojos veré a mi Dios y mi Salvador!

19.¡Oh Buen Jesús! Óyeme – En la hora de la muerte llámame
– Y mándame venir a Ti – Para que con tus Santos te alabe por los siglos de los siglos.

20.María, Madre de Dios y Madre mía, asístanme en mi última agonía!

21.Jesús José Y María! Expire yo en paz en su compañía!

22.Ángel Santo de mi guarda, ruega por mí!

23.San Miguel y todos los Ángeles, rueguen por mí!

24.Santo Patrono mío, ruega por mí!

25.San Benito, abogado de la buena muerte; ruega al Señor por mí!

26.Santos y Santas del Paraíso, pidan gracia para mí al Juez Soberano!

27.De la muerte eterna, líbrame Señor!

28.Qué tu preciosa sangre lave mis pecados, y me lleve al cielo. Amén, Amén, Amé.

LETANÍAS DE LA PRECIOSA SANGRE DE JESUS

La Sangre de Cristo, limpia el alma de todo pecado y nos libra de los sufrimientos del Purgatorio.
Aprobada y muy indulgenciada por los Papas, junto a las Letanías del Sagrado Corazón.

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo óyenos.

Cristo escúchanos.

Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.

Dios Espiritu Santo, ten misericordia de nosotros.

Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.

Sangre de Cristo, hijo único del Padre Eterno, sálvanos.
(A cada invocación, se responde “Sálvanos”)

Sangre de Cristo, Verbo encarnado,

Sangre de Cristo, Nuevo y Antiguo Testamento,

Sangre de Cristo, derramada sobre la tierra durante su agonía,

Sangre de Cristo, vertida en la flagelación,

Sangre de Cristo, que emanó de la corona de espinas,

Sangre de Cristo, derramada sobre la Cruz,

Sangre de Cristo, precio de nuestra salvación,

Sangre de Cristo, sin la cual no puede haber remisión,

Sangre de Cristo, alimento eucarístico y purificación de las almas,

Sangre de Cristo, manantial de misericordia,

Sangre de Cristo, vencedora de los demonios,

Sangre de Cristo, fuerza de los mártires,

Sangre de Cristo, virtud de los confesores,

Sangre de Cristo, fuente de virginidad,

Sangre de Cristo sostén de los que están en peligro,

Sangre de Cristo, alivio de los que sufren,

Sangre de Cristo, consolación en las penas,

Sangre de Cristo, espíritu de los penitentes,

Sangre de Cristo, auxilio de los moribundos,

Sangre de Cristo, paz y dulzura de los corazones,

Sangre de Cristo, fuente de vida eterna,

Sangre de Cristo que liberadora de las almas del Purgatorio,

Sangre de Cristo, digna de todo honor y de toda gloria,

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.

V.- Nos rescataste, Señor, por tu Sangre.
R.- E hiciste nuestro el reino de los cielos.

Oremos: Dios Eterno y Todopoderoso que constituíste a tu hijo único Redentor del mundo, y que quisiste ser apaciguado por su sangre, haz que venerando el precio de nuestra salvación y estando protegidos por él sobre la tierra contra los males de esta vida, recojamos la recompensa eterna en el Cielo.
Por Jescucristo Nuestro Señor. Amén

Frases y Dichos


Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.
(Madre Teresa de Calculta)

Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender.(Françoise Sagan)

La probabilidad de hacer mal se encuentra cien veces al día; la de hacer bien una vez al año.(Español)

Nunca es tarde para hacer el bien; haz hoy lo que no hiciste ayer. (Italiano)

El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera.(Alexander Pope)

Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti.(Friedrich Nietzsche)